sábado, 6 de octubre de 2018

MÉTODO MONTESSORI, O COMO EDUCAR A NUESTROS HIJOS DE MANERA DIFERENTE.

Cuando educamos a la prole, nos surge siempre una prugunta, ¿ Cómo lo hago? ¿Flexible? ¿Serio? ¿Intransigente?  ¿Consentido?...  un lío que la más de las veces nos da dolor de cabeza y una cierta sensación de culpabilidad cuando la cosa se nos va de las manos.
Durante la primera mitad del pasado siglo, una mujer se atrevió a romper las cadenas que encorsetaban la educación infantil. Un método nuevo, nuevas metas y objetivos... una FILOSOFIA EDUCACIONAL que nos ha llegado hasta nuestros días, fruto de evoluciones y variaciones del proyecto original.
Quizás sea el momento de pararnos y ver si mas allá de nuestra manera de criar hijos existe algo.

Maria Tecla Artemisia Montessori (Chiaravalle, Ancona, Italia, 31 de agosto de 1870 - Noordwijk, Países Bajos, 6 de mayo de 1952) fué la pedagoga más destacada del pasado siglo .Su idea : ¡¡Quería que el niño fuese su propio maestro!!. 

Las bases de su formulación se basaban en seis principios: autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad y autodisciplina.

María Montessori creía que cada niño debía tener oportunidad de poder desarrollar sus propias capacidades, por sí mismo y con los otros para lograr un ser humano  equilibrado e independiente. Para ello, revolucionó los parámetros educativos existentes hasta ese momento, ideando nuevos materiales didácticos basados en el principio de autocorrección. Además, incorporó un concepto insospechado hasta la fecha, el estado físico del niño.
Nacida en una época en que a lo máximo que aspiraba una mujer era a ser maestra, María se armó de valor y estudió Ingeniería a los 14 años, luego Biología y por último fue aceptada en la Universidad de Roma, en la Escuela de Medicina. Y a pesar de que al principio su padre se opuso, se graduó en 1896 como la primera mujer médico en Italia.
Fue miembro de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma y años después estudió Antropología, pero la pedagoga fiel a sus ideales, se interesó por la educación de los niños con deficiencias mentales y aplicó métodos experimentales logrando que aprendieran a leer y escribir. En este periodo concibió sus propios métodos que aplicó más tarde a toda clase de niños.
Su idea era que al niño había que trasmitirle el sentimiento de su capacidad de actuar sin depender constantemente del adulto, para que con el tiempo fuese curioso y creativo, y aprendiese a pensar por sí mismo. Montessori definió el perfil pedagógico por franjas de edad de la infancia y la juventud: desde el nacimiento hasta los seis años, de los 6 a los 12 años, de los 12 a los 18 y de los 18 a los 24. 
A partir de su práctica profesional, llego a la conclusión de que los niños se forman a si mismos, tomando elementos del ambiente.  Ellos son sus propios maestros y  para aprender necesitan libertad y multiplicidad de opciones entre las cuales escoger. Esta sería la inspiración de la pedagoga en todas sus batallas por reformar la metodología y la psicología de la educación.
Tras años en el exilio, regresó a Italia en 1947 para ayudar a la reorganización de escuelas y reanudar las clases en la universidad de Roma. En 1949 se estableció definitivamente en Holanda con su esposo y su hijo. Ese año publicó  The Absorbent MindRecibió la Legión de Honor de Francia y el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Ámsterdam. 
Falleció en Holanda en 1952, a los 82 años de edad.
Este es parte de su legado:
DIEZ MANDAMIENTOS DE MARIA MONTESSORI PARA EDUCAR A NUESTROS HIJOS
- Primero: Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo. Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.
- Segundo: En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar. ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? Él aprenderá a pelear.
- Tercero: Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida. Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás.
- Cuarto: Si desprecias a tu hijo con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa. Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos.
- Quinto: Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
- Sexto: No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está. Concéntrate en que tu hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo bueno del niño, de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.
- Séptimo: Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
- Octavo: Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
- Noveno: Debes estar dispuesto/a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por si solo
- Décimo: Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti mismo/a. ‘Cuando un niño se siente seguro de sí mismo, deja entonces de buscar la aprobación de los adultos a cada paso’.    (Fuente: La Vanguardia)

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